SAHORI, SEXO Y ORGÍA EN UNA FIESTA CALIENTE, RELATO # 6. 6643093499

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HOLA, SOY SAHORI Y LES VOY A CONTAR OTRA ANÉCDOTA:

Tenía muchas fantasías en mi mente, algunas sugeridas por mi esposo, otras que yo guardaba secretamente, después de tanto fantasear, un día acepté ir a una fiesta swinger con mi esposo. Cuando escuché por primera vez esta palabra, no tenía idea de lo que significaba y de quiénes eran los swingers, con mucha paciencia mi esposo me explicó que era un grupo de personas liberales y de mente abierta, que gustaban intercambiar pareja para tener relaciones sexuales, ese concepto me pareció extremo, increíble y algo sensacionalista, - ¿de verdad hay personas así? Me pregunté a mi mismo.

Quizá eso fue lo que provocó mi curiosidad, por eso es que estaba en esa noche alistándome con muchos nervios para asistir a una fiesta swinger, había escuchado tantas historias de parejas teniendo relaciones en grupo o parejas haciendo intercambios, tenía mucho miedo de ser obligada a hacer algo que no me gustara, el único hombre con el que había tenido relaciones sexuales era mi esposo, nunca había estado con otro hombre así que no estaba segura si realmente me atrevería a otras cosas, pero la curiosidad era muy fuerte

Al llegar al club, nos recibieron amablemente y nos dieron un tour por toda la casa, había cuartos con muchas camas y me imaginé todo lo que hacían en ese lugar. Al principio todo fue aburrido, parejas bailando en la pista o platicando en algún rincón de la casa, nada fuera de lo común, pero poco a poco la fiesta fue subiendo de tono, presentaciones de cada pareja, algunas mujeres con ropas muy atrevidas, juegos eróticos, etc.

Después de cierta hora de la noche, algunas parejas comenzaron a desaparecer de la sala y se fueron a las habitaciones, decidimos salir del rincón donde estábamos e ir a recorrer la casa, en cada rincón veía parejas teniendo sexo, algunos en el baño, otros en la sala, gemidos y gritos de placer, era algo alucinante, no sé si estaba nerviosa o excitada.

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En medio de la orgía desenfrenada, vi a un caballero solo, parado junto a una puerta con el pene fuera de su pantalón, bien erecto, jamás había visto un pene así de grande y hermoso, el glande brillaba con el reflejo de las luces tenues, sentí una descarga eléctrica por todo mi cuerpo y me quedé como hipnotizada mirándolo, veía como él, suavemente se masturbaba mientras observaba a otras parejas, estaba muy cerca de él y podía sentir su respiración, eso elevó aún más mi excitación, pero no me atrevía a tocar aquel pene, solo me limité a contemplarlo, de pronto, sentí la mano de una mujer que tomó mi mano y lo puso sobre aquel pene, me resistí por acto reflejo, pero ella me dijo, tócalo, masajéalo y chúpalo, no sé por qué, pero obedecí, lo acaricié, y me senté en cuclillas para mamarlo, después de unos segundos el sentimiento de culpa pudo más y paré en seco. A partir de ese momento ya no pude estar tranquila, estaba muy agitada, me sentía alborotada, excitada, pero muy frustrada de no participar, y no es porque no me dejaran, sino porque mis propios pensamientos me lo impedían.

Ya como a eso de las dos de la madrugada, la fiesta terminó, el piso de esa casa era testigo del gran festín sexual que los asistentes habían tenido, el olor a sexo era inconfundible, y como todos los demás, nos retiramos.

Esa madrugada, ya en casa, me sentía culpable y arrepentida a la vez, culpable por haber mamado una verga ajena, y arrepentida porque era mi oportunidad de sentir otra verga y no lo hice. En mi mente atormentada sólo resonaban los gemidos y gritos de placer, desde aquel momento deseé con más fuerzas otra verga, en mi mente aún estaba la imagen del pene de aquel hombre parado junto a la puerta, un pene hermoso, brilloso y rico, listo para ser enterrado en mi culo o en mi vagina o ser devorado por mi traviesa boca.

LLÁMAME, DESEO ESTAR CONTIGO, QUIERO QUE SEAS ESE HOMBRE QUE SACIE MI FUEGO INTERIOR, SÓLO VOY A MOTELES DE LA VÍA RÁPIDA, Y 5 10 E INSURGENTES, TENGO VARIOS PAQUETES, PREGUNTA POR MIS PRECIOS.