miércoles, 19 de junio de 2019

SAHORI, PRIMER ENCUENTRO CON MI CLIENTE AMANTE ROLANDO, RELATO # 17, 6643093499.

ATENCIÓN!! RESPONDO LLAMADAS A PARTIR DE LAS 4:50 PM. ANTES DE ESO SOLO MENSAJES DE TEXTO AL BUZÓN DE MI CEL O WHATSAPP 6643093499.

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HOLA, QUE TAL, SOY SAHORI:

Tengo tanto que contar, tantas anécdotas que relatar, que me llevaría miles de páginas en escribir todas mis vivencias, sin embargo, hay encuentros de las que no me puedo olvidar, como el que les voy a contar a continuación.
Foto tomada en el motel La Mansión, para agendar un
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Recuerdo que era un 30 de diciembre, fin de semana, un cliente me había contratado por dos horas en el motel Lúxor, era extremadamente educado y amable, pidió una charola de botanas, ensalada de frutas y jugos, sin embargo, las dos horas se la pasó platicando, plática y plática. Honestamente me estaba aburriendo, los moteles me resultan muy estimulantes para coger y no para platicar, aunque debo decir que algunos caballeros me pagan sólo para escucharlos, el caso es que tenía ganas de coger y sentir una verga en mi culo, por eso, su falta de insinuación e inactividad comenzaba a desesperarme.

Faltando media hora para que se acabara el contrato, comenzó a entrar una llamada con insistencia, cuando estoy con algún cliente no acostumbro responder llamadas, por respeto al tiempo de ellos, pero ese día estaba excepcionalmente aburrida, además, era un número del otro lado de la frontera, así que le pedí permiso para responder, y él, como ya les dije, un caballero muy educado, amablemente me dijo: -Adelante, puedes responder con toda confianza.

Me fui al baño para responder, y del otro lado de la línea escuché una voz grave, serena y varonil, -Hola, estoy hospedado en La Mansión en la habitación # 38, ¿puedes venir?

-Calculé mi tiempo y le dije, en unos 45 minutos llego, necesito que me envíes una foto de la habitación con número visible para comprobar que realmente estás allí, no es por mala onda, pero hay muchos hombres bromistas que les gusta andar jugando, por eso pido una foto así.

-No te preocupes, entiendo, ahorita te lo mando, me respondió con mucha seriedad.

Ya faltando unos minutos le dije a mi cliente, -bueno, me alisto, se nos acabó el tiempo, voy al baño a darme un retoque e irme.

-Pero, no hemos cogido, ¿puedes quedarte otro rato? Me preguntó con inocencia.

-Es que acabo de hacer trato con alguien que ya está hospedado en La Mansión, le repliqué.
-Te pago otras dos horas, me insistió.

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Me quedé un poco pensativa, la oferta era buena, pero de pensar que podría pasar otras dos aburridísimas horas me hizo reaccionar rápido para no hacerlo sentir mal, -te propongo algo, le dije, -Voy, me quedo un rato con él, y luego regreso contigo. ¿Te parece?

-Mmmmm, ok, está bien, me dijo en un tono incrédulo. -Aquí te espero. ¡Pero regresas eh!
A pesar del frío, ese día llevaba una faldita de vuelo, medias, una blusa transparente y zapatillas de tacones altos, muy sexy.

Al abrir la puerta de la habitación, vi a un caballero como de unos 45 años de edad, con ropa casual, alto, fornido y guapo, de esos hombres que a primera vista transmiten mucho poder, aunque muy serio, pero muy amable.

Con su voz serena y varonil me dijo con un saludo de manos, -Hola, que tal, soy Ricardo, gracias por venir, me imaginaba que eras guapa, pero en persona eres más bella de lo que imaginé.

Su saludo inicial me ruborizó un poco, ya que su expresión me pareció muy sincera y profunda, le agradecí su amable saludo e inmediatamente le pregunté: -Y, ¿qué servicio quieres?

-Me gustaría estar contigo toda la noche, pero al ser fin de semana el motel solo me da 4 horas y ya llevo casi dos horas, así que quiero que te quedes conmigo lo que me resta del tiempo de la renta, te voy a dar 200 dólares.

-Guau, pensé. -Qué generoso, hay hombres que regatean y piden rebajas, pero este es un caballero que se merece un buen trato. Por eso le dije: -Por 200 dólares te voy a dar el servicio completo, incluye oral al natural, besos en la boca, caricias, cachondeo y me la puedes meter donde gustes, puedes terminar las veces que quieras y puedas, tocarme y chuparme toda.

Y mientras me ponía un Baby doll le pregunté: -Y, ¿Por qué me elegiste habiendo otras chicas jóvenes y buenotas?

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-Te voy a ser honesto, me contestó, -desde hace tiempo he seguido tu perfil y leído todas tus historias, vengo seguido a Baja California, mis padres tienen un rancho en Tecate, pero me gusta pasar por Tijuana, rento un motel para dormir un rato y después seguir mi camino, la verdad no acostumbro contratar chicas, pero tus historias me resultaron muy excitantes, por eso me animé, pero estuve a una llamada de no conocerte.

-Y ¿Por qué estuviste a una llamada de no conocerme? Le pregunté con mucha curiosidad, ya que su respuesta me intrigó bastante.

-Es que ahora que me animé, te marqué muchas veces, pero no me contestabas, por un momento pensé que no eras real, que era alguien solamente jugando, tus historias eran tan increíbles como para ser ciertas, por eso dudé y me dije a mí mismo, “le voy a marcar por última vez, si no me contesta es que no existe y dejaré de insistir”, pero curiosamente una voz muy bella respondió a mi último intento y me emocioné muchísimo.

Su respuesta llegó hasta lo profundo de mi corazón, quizá significaba algo, quizá ese hombre significaría más que un cliente. -¿En serio? Le repliqué, mira qué curioso, no acostumbro responder llamadas cuando estoy con algún cliente, de hecho, cuando comenzaste a marcar apenas había entrado con un cliente, pero estaba aburrida, por eso decidí responderte, y justamente respondí a tu última llamada.

-Qué curioso, quizá sea el destino, me respondió al tiempo que dibujaba una sonrisa en su rostro, no sé por qué, pero ese día me sentí muy conectada con él, como si lo conociera desde hace mucho tiempo, por eso resolví entregarme a sus brazos y dejarme llevar.

Al acercarme para besarlo, percibí un aroma muy rico, suave y delicado que penetró hasta mi mente y mi corazón. –Qué rico hueles, le dije. Una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo, me sentí como una jovencita cuando recibe su primer beso, mi piel sensible comenzó a erizarse al sentir sus caricias en mi espalda y mis nalgas, el frío de la noche comenzaba a disiparse con el calor de su cuerpo, mi vagina comenzó a humedecerse, sus besos y caricias me arrancaban de vez en cuando suaves quejidos de placer, ¡mmmmm! ¡Ahhhh!

Me tomó con sus fuertes brazos y me recostó en la cama, se quitó inmediatamente la ropa, al quitarse la ropa interior, vi como saltaba a mi vista una enorme, gruesa y poderosa verga, un ligero cosquilleo invadió todo mi cuerpo, toda esa vergota me cogería en ese momento, inmediatamente se dispuso a cachondear conmigo, me abrió las piernas con una fuerza controlada pero poderosa y comenzó a tallarse conmigo sobre mis bragas, mientras me besada intensamente y con desesperación como si quisiera comerme, debo aclarar que no me gusta que me besen así, sólo a mi esposo le permitía besarme así, pero como me sentí conectada con él, me dejé besar con la intensidad que él quisiera.

Una fuerte sensación de placer recorría todo mi cuerpo desde mi pelvis, pasando por toda mi espalda hasta llegar a la nuca, de vez en cuando me arqueaba y hacía que abriera más las piernas, para disponerme totalmente al contacto con su verga, sus abrazos, besos y tallones sobre mi tanga hicieron que me acelerara mucho, al punto que comencé a gemir de placer ¡Ummmm! ¡síííí! ¡Ahhhh!

De pronto sentí en los flancos de mi abdomen una suave caricia con las yemas de sus dedos, esas caricias hicieron que me retorciera abruptamente y levantara ligeramente mi espalda de la cama y gritar inconscientemente -¡noooo! ¡Nooooo! Grité tan fuerte quizá, que él se detuvo y me preguntó un tanto extrañado -¿no?

¡Síííí! ¡Suigue! Le grité un tanto enloquecida, hay situaciones a las que a veces digo no, y no es porque no me guste, todo lo contrario, es porque me gusta tanto que siento morirme de placer y al sentir que no aguanto la sensación, grito un “no” inconsciente, es algo confuso, quiero seguir sintiendo, pero a la vez no, pero es allí donde entra la pericia del hombre para regular la intensidad de los besos y caricias para hacer que la sensación sea intenso y soportable.

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Después del explosivo cachondeo, le pedí que se recostara, quería sentir en mi boca esa enorme verga, el sin más, obedeció, y se recostó sobre su espalda. Su verga, como una espada desenvainada lucía poderoso e irresistible delante de mis ojos. No recuerdo con exactitud cuándo o en qué momento surgió en mí la fijación por los enormes penes, No sé si fue en esa fiesta swinger cuando por primera vez vi una enorme tranca, un hombre parado junto a una puerta con la vergota por fuera y que brillaba con el reflejo tenue de las luces, me quedé casi hipnotizada mirándola fijamente, ya en un relato anterior les conté este incidente, o quizá un deseo reprimido antes de mi juventud, no lo sé, lo que sí sé es que me atraen mucho, si me preguntas si el tamaño importa para sentir placer, te diré que no, mi esposo tiene una verga promedio, pero es el hombre que me hace tocar el cielo cada vez que quiere, es casi insuperable en la cama. Pero si me preguntas qué me gusta más a la vista, te diré que me gusta más una vergota, es una especie de fetiche, no sé si les pasa a todas las mujeres, a mí en lo particular me hipnotiza y me excita mucho.

Y allí estaba Ricardo, recostado luciendo su verga delante de mí, lo miré casi con reverencia por algunos segundos, agradecida de ser privilegiada, y que en unos minutos esa enormidad estaría entrando y saliendo en mis cavidades arrancándome gritos de placer. Digo agradecida, porque muy pocas mujeres tienen el privilegio y la oportunidad que yo tengo, podrán llamarme puta, pero lo bien cogida y los placeres que he tenido nadie me los quita.

Aun en ese estado de trance hipnótico peniano, acerqué mi mano derecha para medir la circunferencia de esa verga, lo tomé por debajo del glande, que dicho sea de paso, es la parte más delgada de un pene, al apretarlo ligeramente, me di cuenta de lo grueso que estaba, faltaba como unos 2 centímetros para que mis dedos pulgar e índice pudieran unirse, aunque mis manos son pequeñas, podrán imaginarse lo enorme de esa verga, tuve una contracción vaginal de sólo imaginármelo en mi culo.

Después de contemplarlo por unos segundos, me día a la tarea de comérmelo, con mucha delicadeza, así como lo tenía tomado por debajo de glande, lo empujé como una palanca en dirección a su ombligo, y le pasé mi lengua húmeda y tibia desde su base hasta la cabeza, como una forma de saludo inicial a ese “don verga”, casi diciéndole, -gracias por permitirme ser tu receptáculo en estos momentos.

Ricardo se retorció, después me lo metí en la boca, y de verdad que era enorme, apenas me cabía en la boca, lo empecé a succionar suavemente, al tiempo que mi mano derecha lo tomaba por la base y lo masturbaba, Ricardo se volvió a retorcer. -¿Te gusta? Le pregunté.

-Sí, qué rico se siente tu boca. Poco a poco subí la intensidad de mis movimientos hasta que empecé a chuparlo con fuerza, esa era una verga para mamarlo vigorosamente, por más que quería tragármelo todo, apenas lograba meterme una tercera parte de su tamaño, ya que en la parte inferior era más grueso, a pesar de eso, Ricardo gemía de placer, ¡síííí! ¡Qué ricoooo! ¡Oh sííí! Mientras lo mamaba enloquecida, comencé a sentir unas ganas inmensas de tenerlo dentro de mí. -¡Cógeme! Le grité. ¡Cógeme por favor!

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Ricardo se levantó para ponerse el condón, vi cómo batallaba para cubrir esa vergota, pues el condón me parecía chico, y sí que lo era, luego me pidió que me recostara boca arriba, posición en la que generalmente me coge, obedecí como una linda cachorrita, levanté mis piernas dobladas con las rodillas en dirección a mis pechos para dejar a su disposición mi culo o mi vagina, y que me lo ensartara donde quisiera.

Sin embargo, Ricardo no me penetró inmediatamente, contempló por un momento mi vagina y comenzó a darme golpecitos con su enorme verga en toda la superficie de mi vagina, en esa posición mi vagina se expande y se abre totalmente dejando expuesto mi punto G, con facilidad cualquiera, con unos golpecitos así, me puede hacer llegar, Ricardo siguió “vergueándome” hasta que comencé a sentir contracciones musculares y chorros de flujo vaginal saltaron dentro de mí, no me había penetrado aún y ya me estaba chorreando, Comencé a gritar ¡Sííííí! ¡Ummmmm! ¡Qué ricoooo! ¡Mmmmmm! ¡Métemela por favooooor!

Pero Ricardo parecía sorprendido de ver ese espectáculo, con sus ojos totalmente abiertos como si estuviera descubriendo algo nuevo, no sé si anteriormente habría visto a otra mujer que se chorreara de esa manera, pero al parecer no, y eso le estaba provocando mucha excitación, podía verlo en sus ojos y su mirada.

¡Métemela ¿sí?! Le volví a rogar, porque ya quería probar esa verga, fue entonces cuando sentí que algo enorme abría mi vagina, a pesar de mi gran excitación, le pedí que me lo metiera despacio, hasta que mi vagina se acostumbrara al tamaño, ya que una de las desventajas de tener una verga de ese tamaño es que muy pocas mujeres lo soportan, pues la profundidad promedio de una vagina en estado de excitación es de 13 cm. Por eso, cuando un hombre dotado no sabe coger, puede desgarrar las paredes vaginales o desgarrar el cuello uterino, no se diga del dolor inmenso que se siente en la parte pélvica, que dura muchas horas después del coito.

Ricardo obedeció y comenzó a bombearme despacito, suavemente, sin metérmela toda, y ¡oh, qué rico se sentía eso! Una verga gruesa provoca más placer que una verga larga, y Ricardo, no sólo tenía una verga larga, sino también muy gruesa, las sensaciones que le estaba provocando a mis tejidos y fondo de la vagina era realmente exquisito, era algo alucinante, sentirme llena, totalmente dilatada me provocaba un placer de otro mundo, mientras tanto, Ricardo se aceleraba más y más, y con ello me hacía enloquecer, ¡Sííííí! ¡Sííííí!, ¡Asííí papi! ¡Cógeme, dame durooo! ¡No pares por favor! ¡Sigue, sigue Por favor! Gritaba toda endiablada cada vez que él se detenía para aspirar un poco de aire y descansar. No sé si logro clavarme toda esa verga de un poco más de 20 cm por la vagina, porque perdí la noción del tiempo, de vez en cuándo sentía desmayarme, continuamente salían eyectados mis flujos vaginales mojando totalmente donde estaba recostada. 

Sólo tres hombres me han hecho llegar al placer máximo conocido como el nirvana, el punto cero o muerto, el punto en el que no sabes si estás viva o muerta, y uno de ellos es Ricardo. Es una sensación extraña, en el que siento que estoy suspendida en el aire, para llegar a ese punto hay que cruzar el umbral en el que el placer se vuelve insoportable al punto de la muerte, muchas mujeres paran aquí porque les da miedo seguir sintiendo, pero una vez cruzado ese punto, todo el cuerpo experimenta un placer indefinido, no puedo encontrar las palabras apropiadas para describir esa sensación, en cada milímetro de mi cuerpo tengo la sensación de un ligero cosquilleo, como si se estuviera electrificada suavemente, experimento una paz inmensa y de total plenitud, un punto en el que quisiera quedarme.

No sé cuánto tiempo me bombeó Ricardo en esa posición, porque como podrán imaginarse estaba perdida en el nirvana, pero de pronto, percibí que estaba respirando como si hubiera corrido en un maratón, y tenía ya su verga fuera de mi vagina.

-Descanso un poco me dijo, mientras aspiraba grandes bocanadas de aire.

-Quiero que me lo des por el culo, le pedí. –Sí, de hecho eso mismo te iba a pedir, si me dejabas dártelo por el culo, siempre he tenido esa fantasía, lo he intentado con mi esposa, pero no he podido, dice que le duele mucho, y no sé si tú puedas.

-Pues con semejante verga, quizá tampoco yo pueda, le respondí con una sonrisa y en tono de broma.
 Era probable que me doliera el culo cuando esa cosota me atravesara, pero de lo que sí estaba segura es que la iba a aguantar, porque tengo esa especie de reto, de aguantar por el culo cualquier pene, sin importar el tamaño, es una cuestión de honor, me considero la diosa del anal, y sería una vergüenza que no pudiera con esa vergota.

En cuánto estuvo listo, me puse a gatas para recibir esa vergota en mi culo, le pedí que me pusiera mucho lubricante y me lo metiera despacito.

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Ricardo procedió a untarme generosamente el lubricante que tenía ya listo y se puso otro poco sobre su pene, me empiné y me abrí todo lo que pude, me relajé y cerré mis ojos para experimentar cada centímetro de esa enorme y hermosa verga. En cuánto sentí la cabezota en el orificio de mi ano, procedí a dilatarlo con movimientos de distensión, y entonces sentí el empuje de Ricardo y un dolor de rompimiento, pegué un grito desgarrador ¡Ahhhh! ¡Despacio, despacio por favor! Le supliqué, ya que en verdad me estaba doliendo, -¡métemelo despacito, poco a poco ¿sí?! Luego te quedas quieto y me bombeas hasta que yo te diga, Le imploré con los ojos casi llorosos.

El truco es soportar la sensación dolorosa cuando el pene atraviesa el esfínter, una vez que cruza ese anillo, el recto se acostumbrará y el dolor se disipará, pero si una se acobarda y le pides a tu pareja que retire su verga de golpe, entonces el dolor se intensificará y la sensación será horrible, muchas mujeres se quedan con esta experiencia dolorosa y se paralizan de sólo recordar este momento traumatizante, por eso, es mejor hacer que el pene atraviese el esfínter lentamente, una vez logrado este proceso, quedarse quieta por un instante y luego a disfrutar del sexo anal.

Una vez que el glande de Ricardo atravesó mi esfínter, se quedó quieto, después cuando me acostumbré a su enorme verga, le pedí que se moviera, Ricardo comenzó a bombearme pausada y armoniosamente, como disfrutando cada metida y sacada, sentía que me rompía toda, pero me estaba gustando mucho, me encanta esa mezcla de dolor y placer que me provocan los penes grandes por el culo. Para el sexo anal, si me preguntas si el tamaño importa, te responderé que sí, por mi culo el tamaño sí importa, y entre más grandes, mejor. Así como esa verga de Ricardo que en verdad me estaba haciendo gozar de placer y me hacía sentir la mejor puta del mundo. No sé cuánto tiempo me taladró el culo así, pero de pronto escuché una exclamación de admiración, -¡vaya, te entró toda, pensé que no me la ibas a aguantar toda! Una sonrisa de satisfacción se dibujó en mi rostro, había logrado la hazaña de comerme por el culo toda la verga de Ricardo.

Una vez que sentí que mi recto estaba totalmente dilatado y acostumbrado a ese enorme miembro, le pedí entre gimoteos de placer, ¡clávame duro y sin parar hasta que te vengas ¿sí?! Ni tardo ni perezoso, Ricardo obedeció y se aceleró de manera bestial, y comenzó a bombearme durísimo, todo el cuarto de motel se llenó del ruido que producen dos cuerpos acelerados y en movimiento, ¡Plash! ¡Plash! ¡Plash! ¡Plash! Al tiempo que gritaba jubilosamente ¡Sííííí! ¡Sííííí! ¡Mmmmmmm! ¡Ahhhhh! ¡Sí, cógeme, sigue, sigue! ¡¿Te gusta mi culo?! ¡Dime que te gusta mi culo, dime que te encanta! ¡No pares, no pares! ¡Ahhhh! ¡Mmmmmm! ¡Mmmmmm! Y entre gimoteos y gritos, chorros de flujo vaginal volvieron a saltar, sentí desmayarme, sentí que tocaba el cielo, me sentí en estado de total plenitud, estaba fuera de mí, y no sé qué tantas cosas decía, ni tampoco sé por cuánto tiempo Ricardo taladró mi culo, hasta que percibí que paró y se puso tenso y a gritar un fuerte ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ufffff! ¡Qué rico! ¡En verdad que eres ricaaa! ¡Uffff!

Sacó su enorme verga de mi culo, me desvanecí cansada sobre la cama toda atolondrada, su pene, aunque flácido ya, aún parecía enorme, se quitó el condón lleno de semen y buscó un bote de basura, después se acercó para darme un beso y agradecerme por la rica sesión de sexo que le acababa de proporcionar, -Déjame decirte que me tienes muy sorprendido, superaste todas mis expectativas, por eso cada vez que venga, te voy a llamar.
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Sonreí con cierto aire de triunfo, sabiendo que un macho más estaba satisfecho. Al ver el reloj, nos percatamos que faltaban uno 15 minutos para que se acabara el tiempo del motel, casi corriendo me metí a la regadera para darme una ducha, alistarme e irme bien cogida. Debo recalcar, que de todos mis clientes, era el segundo macho con aguante de atleta que me tocaba, y no es por criticar, pero hay muchos chicos veinteañeros que no llegan a ese tope.

La historia con Ricardo no queda aquí, pues apenas fue nuestro primer encuentro, después de eso, cada vez que viene a Tijuana, me ha buscado, hemos vivido aventuras muy excitantes, por ejemplo, es el único hombre con el que he cogido en una autopista, ya en otro relato les contaré cómo sucedió todo esto. Así que ¡hasta prontooo! FIN

27 comentarios:

  1. Eres una mujer sexy y quiero conocerte

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    1. Muchas gracias, muy amable, cuando gustes, mándame un mensaje a mi Whatsapp.

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    2. Espero algun dia conocernos eres increible tus historias me enamoran vendiciones donde quieras que estes.

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  2. Respuestas
    1. Por mi whatsapp respondo de inmediato a quien quiera cita. Saludos.

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    2. Hola como estás. me gustaría

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    3. Holaaaaa hermosa dama

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    4. Holaaaaa hermosa dama

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  3. Respuestas
    1. No puedo estar al pendiente todos los días de mi página, por eso pongo mi número de Whatsapp para que me puedan contactar, por favor, si eres tan amable, contáctame por mi Whatsapp.

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  4. Ola muy buena tu hiztoria k azta ya estoi cachondo saludos

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  5. Hola me pone muy caliente tus relatos
    Como podemos cojer rico?

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  6. Tengo días leyendo tus relatos y ya quiero conocerte

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  7. De donde eres..tu relato me excito mucho..me encantaria cojerte y mas sabiendo que eres casada..eres bien cachonda.

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  8. Espero tener la experiencia de tenerte

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  9. Hola sahori me gustaría conocerte. Mándame un wazzap al 982_125$0417

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  10. Hola cuando podemos vernos

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  11. Mamacita no sabes cuánto deseo conocerte para hacerte el sexo bien rico tengo una vergota así como te gustan te puedo contactar

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  12. Hola qué hermosa eres y qué bellos relatos espero conocerte un día que esté por aya Tijuana

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  13. Excelente forma de escribir tus relatas, muy detallados, excitan por su narrativa tan sencilla y clara

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  14. Relatos con mujeres

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  15. Disculpa cuando cumples años no creas que se me va a olvidar tu regalo ;-)

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